Obra: LA CATEDRAL DE CHARTRES
Autor: Jean-Baptiste-Camille Corot
Año: 1830 – Tamaño: 64 x 51,5 cm – Medio: Óleo sobre lienzo
Estilo: Romanticismo francés
Museo: Louvre – Francia
Con sólo 24 años Corot pintó una de las catedrales más antiguas (comenzada en el siglo XI y terminada en el siglo XII), cuya estructura pesada y defensiva es propia del inicio de la arquitectura gótica. El pintor acentuó su aspecto imponente al colocar la línea del horizonte a la altura de las casas. En cambio, optó por una presentación vertical, reforzada por la pujanza del monumento hacia el cielo cargado de nubes. También estableció una relación entre la silueta ocre claro de la iglesia y el montículo de tierra oscura que aparece en primer plano. Los dos árboles que se encuentran en su cima son un débil eco de las flechas de la catedral. Comparados con estas dos masas, los escasos personajes, colocados cerca de enormes bloques de piedra, parecen diminutos.
En cuanto al estilo en este cuadro, Corot hizo una tentativa de pintura al aire libre, realizando gran parte del trabajo preparatorio ante la catedral. En su taller recompuso el paisaje urbano, vigilando en particular que ningún elemento dominara sobre otro. El cielo, por ejemplo debía tener la misma importancia que el edificio. El montículo. Inexistente en la realidad, también fue producto de esa voluntad. Le permitió crear un plano suplementario, previo al entramado de casas más allá del cual se alzaba la masa de la catedral. Coroto consideró a esta obra como una especie de ejercicio de estilo y, al juzgar que había hecho un “retrato de las torres sin la atmósfera de Chartres”, retocó el cuadro añadiéndole, entre otras cosas, el personaje sentado sobre una piedra que aparece en primer plano.
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