MIRAR Y ADMIRAR
Juan Mata Anaya
Mirar es una facultad de nuestro cerebro que requiere atención y juicio. No es un simple ver, un fenómeno biológico debido a la acción de la luz, sino una acción consciente, solícita. Mirar tiene relación con los cuidados (decimos de una maestra que ‘mira mucho por sus alumnos’) y con los afectos (decimos de alguien que ‘mira bien’ o ‘mira mal’ a los demás). Es decir, que al mirar por alguien lo atendemos y lo protegemos y si lo miramos mal significa que lo hacemos con aversión o desdén. Recuerdo el título preciso y precioso de la revista que fundó hace años José Heredia Maya, ‘La mirada limpia’, con el que pretendía desde la portada reivindicar un mirar sin prejuicios, con interés hacia y por los demás, comenzando por los gitanos, que tanta animadversión han suscitado a lo largo de la historia.
Aprender a mirar es un desafío no solo escolar, sino social. En la escuela es muy importante elaborar ese aprendizaje, ya tenga como objetivo un árbol, un libro, una pintura, una constelación o un animal, pero aprender a mirar es igualmente necesario para la vida en común, para no desentendernos de las personas que nos rodean y de lo que sucede en el mundo en que vivimos.
Pero si aprender a mirar es importante, lo es más aún aprender a admirar. Admirar es un mirar con entusiasmo y gratitud. Es una forma de reconocer las cualidades de otro de un modo sereno e interesado. Admirar es un acto de generosidad. Supone abandonar voluntariamente el egocentrismo y abrirse a otros, a las cualidades de quienes no son como nosotros. La admiración es lo contrario del recelo, que levanta muros y desafectos. Al admirar miramos con modestia, con amor. Admiramos siempre desde la fascinación, desde el deseo de emular la inteligencia ajena.
Enseñar a admirar debería ser el compromiso principal de los mayores con respecto a los jóvenes, si bien la admiración debería prevalecer a lo largo de la vida. Mirar con admiración es una manera de crear vínculos, de deshacer obstáculos, de enmendar en parte los desastres del mundo.
Texto de D. JUAN MATA ANAYA, Profesor de la Universidad de Granada
Publicado en Facebook el día 22-08-2020
Escribir comentario